¿Cómo se vestían las mujeres de Charcas en el periodo colonial?
Yendo hacia atrás, veamos estos accesorios del siglo XIX:
La peineta es un “peine convexo que usan las mujeres por adorno o para asegurar el peinado”. Apareció a finales del siglo XVIII en Francia y España es, sin lugar a dudas, uno de los aportes más significativos de la dinastía Borbónica a la moda europea.
Se tiene el dato que, apareció en 1823 en la región del Río de la Plata, cuando se estableció en la ciudad de Buenos Aires, el fabricante de peines de marfil y peinetas de Carey Mateo Masculino, no fue el único, pero sí el más conocido de los difusores de este elemento decorativo del cabello femenino en Sudamérica.
Cada vez aparecieron peinetas más grandes y extravagantes hechas incluso del tamaño de todo un caparazón, eran considerados artículos de lujo reservado solo para mujeres de élite. Consta del cuerpo convexo y un conjunto de púas que se encajan sobre el pelo, el cual usualmente está recogido en un moño, por encima muchas mujeres solían colocar una mantilla que cubría parte de la espalda.
El carey es un material muy resistente, se extrae del caparazón de la tortuga del mismo nombre, que tiene una docena de escamas superpuestas de color con rayas doradas, marrones, naranjas y rojas; esas escamas se tallan y después son pulidas. Estos animales han estado a punto de extinguirse por la constante elaboración de artículos de lujo con ese material.
Las peinetas han pasado de elaborarse en materiales como oro, plata, marfil y carey hasta nuestros días en los cuales son elaboradas en plástico industrial, sin nada que envidiar a los materiales naturales haciéndose, además, más accesibles por el bajo costo.
QUITASOL
La historia de los quitasoles o sombrillas, nos lleva hasta el Antiguo Egipto, donde las mujeres solían utilizar estos elementos para cubrirse tanto de la lluvia como del sol. En la China incluso se llegaron a hacer sombrillas con papel de aceite y eran imprescindibles en la celebración de bodas.
Debido a la opulencia con la que se vivía en la época colonial en la Villa Imperial de Potosí, llegaron incluso algunas sombrillas hechas de plumas y seda, sumamente finas.
ABANICOS
Esta prenda es todavía más antigua. La Casa de Moneda conserva ejemplares trabajados con plumas de cisne, marcos de carey negro, adornados con rosones de color gris oscuro de matices blanco y café.
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