Alrededor de 400 presos de la cárcel de Ain Zara aprovecharon los diferentes combates que desde hace una semana libran las distintas milicias en Trípoli para huir, informaron ayer fuentes policiales.
Según las fuentes, los prisioneros fueron capaces de derribar la puerta por sí mismos ante la falta de carceleros y fugarse entre el fuego cruzado de las numerosas milicias, en el que es el peor enfrentamiento armado que padece la capital desde que en 2014 estalló la guerra civil.
Los choques, que han segado ya la vida de medio centenar de personas, mantienen atrapados sin acceso a la electricidad y al agua corriente a miles de civiles, entre ellos varios centenares de migrantes hacinados en centros de detención.
Y se han complicado a lo largo de los últimos días con la entrada en el conflicto de milicias procedentes de otras ciudades, en particular de las ciudades-estado de Misrata y Zintan, y las localidades de Tarhouma y Zawia; esta última, uno de los núcleos de la mafias que trafican con personas en Libia.
Los últimos en sumarse a los esfuerzos en favor de un acuerdo han sido los miembros del Consejo de Ancianos de Libia, que ha formado una célula de emergencia para tratar de que todas las partes se avengan a negociar. Los combates, que han acabado con la vida de una veintena de civiles y causado más de 200 heridos, estallaron el domingo 26 de septiembre en un área densamente poblada del barrio meridional de Salehdin, próxima al antiguo aeropuerto internacional de Trípoli, la pieza estratégica codiciada por los contendientes.
La zona está controlada por la "Séptima Brigada" y por la milicia Al Kani, antes vinculada al ministerio de Defensa del Gobierno de Acuerdo Nacional (GNA), que sostiene la ONU en Trípoli desde abril de 2016.
En el otro bando, combaten las Brigadas Revolucionarias de Trípoli, la Fuerza Especial de Disuasión (RADA), la Brigada Abu Selim y la Brigada Nawassi, todas ellas adscritas a los ministerios de Interior y de Defensa del citado Ejecutivo, al que financia la Unión Europea. RADA acusó a la "Séptima Brigada", que al parecer cuenta con el apoyo de Salah Badi, un miliciano de la ciudad de Misrata.