El Tata Santiago ha vuelto, y todo indica que, esta vez, es para quedarse. Aunque es uno de los primeros patronos de Potosí, la devoción al apóstol había retrocedido bastante, al punto de casi desaparecer, pero la solemnidad de este año volvió a ser en el marco de una festividad y todo indica que será igual o mayor el año próximo.
La festividad contó con el respaldo del Vicariato de la Catedral, que precisamente está consagrado al apóstol. "Desde este año estamos llevando adelante la fiesta en honor a Santiago. Como la Catedral tiene esa denominación, Santa Basílica Catedral Santiago Apóstol, hoy, a partir de este año, con la cofradía santiagueña de la Villa Imperial, vamos a llevar (adelante) todos los años" esta festividad, anunció el vicario, César Azurduy.
Este año, la festividad alcanzó ribetes de solemnidad porque, además del programa litúrgico, se alcanzó acuerdos entre comunidades religiosas que pretenden extenderse a los años siguientes. Con la intervención del obispo, Nicolás Renán Aguilera, se consolidó un hermanamiento entre la Catedral de Potosí y el santuario de Bumburi, que, pese a su distancia, es el que mayor cantidad de peregrinos recibe anualmente. Allí está una imagen de Santiago peregrino a la que se atribuye múltiples milagros, especialmente de salud.
En virtud al hermanamiento, los actos conmemorativos al apóstol Santiago, cuya fiesta patronal es el 25 de julio, se realizarán de manera coordinada.
Este sábado, cerrando el programa de la festividad, la procesión de los devotos ingresó hasta la plaza 10 de Noviembre con una imagen de un Santiago matamoros vestido con uniforme militar contemporáneo. Por su tamño, no pudo pasar por los arcos de platería instalados en el frontis de la Catedral, pero se produjo el cambio de pasantes. Ricardo Zilvetty, de la Hermandad Santiagueña Villa Imperial, dijo que hay pasantes hasta el año 2028.
El apóstol, al que más se le llama Tata Santiago, fue uno de los primeros patronos de Potosí. Bartolomé Arzáns lo nombra como parte de la triple procesión realizada en 1555, cuando los habitantes de la Villa Imperial realizaron grandes fiestas a tres advocaciones que entonces asumían como suyas: el Santísimo Sacramento del Altar, la Virgen de la Concepción y el apóstol Santiago.
El Tata incluso tenía una parroquia en su honor, en el barrio que hoy lleva su nombre, pero se incendió en 1854 y nunca fue repuesta. Desde entonces, el culto perdió terreno en Potosí, pero creció en las provincias.
..........
Señor Lector, este es solo un reporte. La información completa está en la edición impresa de El Potosí.