Desde este fin de semana, en varios lugares de Bolivia se celebra la Festividad de Guadalupe, una veneración que nació en Potosí el año 1600, cuando el sacerdote Diego de Ocaña, de la orden de San Jerónimo, pintó y talló la imagen en relieve de la Virgen de esa advocación que persiste hasta nuestros días en el templo de San Juan Bautista.
Actualmente, la fiesta está muy extendida, especialmente en el área dispersa, aunque la mayor es la que se celebra en la capital de Bolivia, Sucre, donde este fin de semana se realizó la jornada de promesa, previa a las entradas folklóricas programadas para el viernes 13 y sábado 14 de septiembre.
Esta devoción tiene su origen en Guadalupe, un municipio de la provincia de Cáceres, Extremadura, España, donde se supone que apareció la imagen que ahora es venerada en el monasterio de ese mismo nombre. En 1600, un monje jerónimo que ejercía su misión en ese lugar, fray Diego de Ocaña, llegó a Potosí con el propósito de recaudar fondos para su monasterio y hospital. Pintó una imagen de la Virgen de Guadalupe en alto relieve, en una tabla, y la entronizó el 8 de septiembre de ese año, en medio de grandes fiestas.
El obispo de Charcas, Alonso Ramírez de Vergara, que llegó hasta Potosí, quedó impresionado con la belleza de la imagen y le pidió a Ocaña que se traslade a La Plata, hoy Sucre, a instaurar la devoción a la Virgen de Guadalupe también allí. El jerónimo estuvo en esa ciudad al año siguiente, 1601, y pintó una segunda imagen, esta vez en lienzo, que es la que se conserva en la catedral de Sucre.
La devoción a la imagen de Ocaña duró poco en Potosí, aunque se extendió al área rural. Fue retomada en tiempos republicanos y en los últimos años fue ganando cuerpo, luego de que se difundió su historia en el libro “Gualala: origen del culto a la Virgen de Guadalupe en Charcas”, de Juan José Toro. En esa obra se explica que la tabla pintada de Ocaña estuvo primero en el templo de San Francisco de donde pasó al templo de Santiago. Cuando este último se quemó, se la rescató para llevarla al templo de San Juan Bautista donde permanece hasta hoy.
En el área dispersa, la advocación tiene fieles especialmente en lugares como Tinguipaya, Colcha K y Poco Poco. El investigador Elvis Fuertes refiere que “también celebran en la comunidad de Surumi, municipio de Colquechaca, pero allá le llaman la fiesta de la virgen de Surumi; aunque, viendo los detalles de la imagen, es la misma virgen de Guadalupe”.
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