BAGDAD. Las manifestaciones continuaron ayer en Bagdad y en las provincias del sur de Irak en una jornada de duelo por las víctimas mortales de los pasados dos días y sin violencia, en la que el primer ministro, Adel Abdelmahdi, presentó por escrito su dimisión al Parlamento iraquí. En el sur del país, las autoridades provinciales decretaron tres días de luto por la muerte de al menos 46 manifestantes en los pasados dos días en la ciudad de Nasiriya, en una de las jornadas más sangrientas.