El cemento y la portada. Esos fueron los elementos que merecieron observaciones ayer, en la inspección que una comisión de alto nivel del Ministerio de Culturas realizó a las obras de restauración del templo de Salinas de Yocalla.
La visita se realizó de oficio, tras conocer las denuncias de gestores culturales que advirtieron que en las obras de ese templo se estaba utilizando material inadecuado para un edificio de esa antigüedad.
Debido a la notoria abundancia de ese material artificial, lo que más se observa es el uso del cemento que fue empleado no solo para unir piezas que se habían destruido como consecuencia del deterioro del templo sino como revoque en varios muros. El color plomizo se nota y los responsables de la empresa adjudicataria de la obra dicen que puede deberse a la arena que se utiliza para la mezcla. Según se explicó, la mezcla que se utiliza es de cal, arena y cemento y este último en una proporción de hasta un 15 por ciento en la mezcla.
Pero el experto del ministerio, Carlos Rúa, no lo aprueba. Aunque ayer anticipó que no emitiría criterio, porque no había recibido la documentación de la obra, no justificó el uso de cemento para un edificio como el templo San Salvador de Salinas de Yocalla. Cuando este diario le consultó cuál era la proporción mínima de cemento que debía utilizarse, él respondió que no había cemento en el periodo colonial.