
El nuevo Chapecoense empató ayer 2-2 en casa ante el campeón brasileño Palmeiras, en el primer partido que disputó desde el trágico accidente aéreo que sufrió en Colombia el 28 de noviembre de 2016 y que marca el “renacimiento” del club.
En un encuentro amistoso, el Chapecoense entró en acción con una plantilla totalmente renovada, después de que la mayoría de sus jugadores murieron cuando volaban a Medellín para disputar la final de la Copa Sudamericana de 2016 ante el colombiano Atlético Nacional.
El club de Chapecó mostró personalidad, realizó un partido sólido y se situó al nivel del campeón brasileño, el último equipo con el que se enfrentó el pasado año antes de la tragedia que truncó el sueño de llegar a la final de un torneo internacional.
Douglas Grolli y Amaral pusieron los dos goles del Chapecoense, mientras que Raphael Veiga y Vitinho marcaron para el Palmeiras, que está bajo el comando del técnico Eduardo Baptista tras la salida de Cuca.