Alcanzar al mayor número de jóvenes posible, publicar contenido que se haga viral o ridiculizar al oponente con memes. Son algunos de los ingredientes que conforman la estrategia de los candidatos a la presidencia de Estados Unidos, la demócrata Kamala Harris y el republicano Donald Trump, que compiten también por movilizar los votos de la generación Z a través de TikTok.
La actual vicepresidenta del país y el expresidente acumulan entre los dos más de 10 millones de seguidores en la red social china, una herramienta electoral eficaz para captar el voto joven el próximo 5 de noviembre… Pese a las demandas y los intentos de cerrar la plataforma en Estados Unidos por considerar que representa una “amenaza” para la seguridad nacional y afectar gravemente a la salud mental de los menores.
Más de 40 millones de votantes
No es casualidad que Trump y Kamala Harris hayan elegido esta plataforma para llegar a los más jóvenes: según un estudio del Pew Research Center, cada vez más estadounidenses menores de 30 años reciben noticias a través de TikTok y el 52 % de los usuarios de la red social la utilizan para informarse.
Además, se estima que más de 40 millones de jóvenes estadounidenses de la generación Z (18 a 27 años en 2024) podrán votar en estos comicios.
De hecho, el voto de este grupo de edad puede ser decisivo en estados como Michigan, donde la tasa de participación electoral juvenil fue una de las más altas del país en 2022 y donde cuentan con una de las tasas de registro de votantes jóvenes más altas de Estados Unidos.
¿Cuál es su estrategia? ¿Quién está detrás de sus perfiles?
Ambos aspirantes compiten con un perfil personal (@kamalaharris, @realdonaldtrump) repleto de cortes y apariciones en público, a lo que suman otra cuenta enfocada a apoyar la campaña electoral del partido (@teamtrump, @kamalahq) y basada en el lenguaje cultural de internet y donde ‘tiran’ de ingeniosos memes virales.
Estas cuentas están dirigidas por un equipo joven que juega con las tendencias de contenido y música de TikTok para “atacar” o ridiculizar a su oponente y lograr que su vídeo alcance a millones de personas a través del humor.
Por ejemplo, una básica imagen de delfines con un fondo de color y fantasía con el mensaje “El proyecto 2025 de Donald Trump es una amenaza para nuestra democracia” -acompañado de una canción de Clean Bandit, ‘Symphony’-, obtuvo más de nueve millones de visualizaciones y más de 7.000 comentarios en el perfil de @kamalahq.
Dos días más tarde, el equipo de redes sociales de Donald Trump respondía replicando el meme en su perfil de campaña con el siguiente texto: “Vota por Trump a menos que quieras que te recluten para luchar en la Tercera Guerra Mundial”. ¿Resultado? Ocho millones de visualizaciones en el perfil de @teamtrump.
Además de memes, los candidatos a la Casa Blanca han utilizado en más de una ocasión música viral para sus vídeos en mítines e incluso han creado sonidos a partir de declaraciones de su contrincante. Todo ello les permite subir contenido con un tono humorístico que puede convertirse en tendencia mientras se ridiculiza al rival.
Los creadores de contenido entran en campaña
Además de los memes y los cortes con tono humorístico, ambos han optado por involucrar en su campañas a los creadores de contenido, ‘influencers’ y famosos para llegar a aquellas personas que no consumen política con regularidad en TikTok y a los que, por tanto, la aplicación en principio no les recomienda este tipo de vídeos debido a su algoritmo hiperpersonalizado.
Trump utilizó esta estrategia desde el principio en su cuenta personal, que utilizó para promocionar sus apariciones en entrevistas y canales con ‘streamers’, ‘youtubers’ y ‘tiktokers’.
Uno de los primeros vídeos que subió a su perfil fue con el creador de contenido y boxeador estadounidense Logan Paul para promocionar su encuentro en el canal de YouTube de Paul. El vídeo promocional de tan solo seis segundos fue visto por más de 160 millones de personas.
Crecimiento de sus cuentas en redes
Asimismo, Donald Trump publicaba hace dos meses otro vídeo en su perfil bailando junto al streamer de videojuegos estadounidense Adin Ross, para celebrar el “éxito” su vídeo en ‘streaming ‘con más de 2 millones de visualizaciones en el canal de YouTube de Ross.
Ni Paul ni Ross suelen subir contenido político en sus perfiles, pero sí publicaron sus encuentros con el expresidente y ese contenido viajó hasta el móvil de millones de usuarios en redes.
Harris, por su parte, se entrevistó con diversos creadores de contenido en la Convención Nacional Demócrata celebrada en agosto en Chicago con el fin de aparecer en los perfiles de personas influyentes en cosmética, estilo de vida o humor, todos ellos alejados de la política, como fue el caso de @queencitytrends, con más de tres millones de seguidores en TikTok.
Además, Kamala Harris también apostó por un conocido podcast de comedia norteamericano llamado ‘CallHerDaddy’ con la creadora de contenido Alexandra Cooper.
Según la plataforma de análisis y estadísticas de redes sociales Social Blade, estas estrategias han tenido un impacto positivo tanto en las cuentas de campaña como en las cuentas personales de ambos candidatos. Por ejemplo, la vicepresidenta ha ganado más de 300.000 seguidores y el expresidente más de un millón en los últimos 30 días en los perfiles de campaña de @teamtrump y @kamalahq.
Las elecciones más reñidas del último siglo
No obstante, falta por ver si este éxito en la red social se traduce en votos por parte de la generación Z en las elecciones de Estados Unidos del próximo 5 de noviembre.
Según el último pronóstico del portal FiveThiryEight en base al promedio de encuestas publicadas a nivel nacional y en los estados clave, Trump logra una ligera ventaja sobre Harris y tiene un 52 % de posibilidades de ganar.
Dos semanas atrás, el pronóstico del mismo portal daba un 58 % de opciones a Harris de derrotar a Trump en una de las elecciones más ajustadas y reñidas del último siglo en Estados Unidos.
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