El recrudecimiento de las hostilidades en el noroeste de Siria redujo a la mitad el número de instalaciones sanitarias operativas en la zona de Alepo e Idlib, lo que aumenta el riesgo de epidemias y otras emergencias sanitarias, advirtió ayer la Organización Mundial de la Salud (OMS).
El conflicto en los últimos reductos de la oposición siria en el noroeste del país interrumpió las operaciones de vacunación, y uno de cada tres centros de inmunización en la zona tuvo que ser cerrado parcial o totalmente, subrayó la OMS.
Además, desde el 1 de diciembre decenas de centros sanitarios suspendieron sus servicios, por lo que de las 550 instalaciones en el noroeste de Siria solo la mitad continúan funcionando, advirtió en una rueda de prensa el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus.