El Real Madrid está en crisis. Todos los malos síntomas de una temporada sin fútbol se confirmaron con su segunda derrota consecutiva en el Santiago Bernabéu. Goleado por el Barcelona en el clásico liguero y con una debilidad alarmante cuando se esperaba la reacción en Europa, ante un Milan que explotó las carencias defensivas de un equipo bloqueado al que no encuentra solución Carlo Ancelotti. Fue un 1-3 en el Santiago Bernabéu.
El campeón de Europa es decimoséptimo en la nueva Champions. En el polo opuesto al punto de inflexión que deseaba Ancelotti tras el varapalo del clásico. Cediendo hasta 40 remates en sus tres últimos partidos en el Santiago Bernabéu y nueve goles. Un equipo falto de intensidad que no explota el potencial ofensivo de los considerados mejores jugadores del mundo y que se adentra en un momento duro sin consecuencias por la altura de la temporada en la que se produce.