Frente a la presión de la hinchada, que pide la renuncia del directorio del club Wilstermann, el presidente, Gary Soria, salió al paso para pedir unidad y “que nos dejen trabajar” para salir de la crisis económica que atraviesa la institución.
“Que nos dejen trabajar, si seguimos así el único dañado será el club”, declaró Soria en conferencia de prensa este jueves, tratando de que baje la tensión generada por los actos vandálicos que provocaron un grupo de barrabravas, que colocaron escombros en el ingreso al complejo y amenazaron a los dirigentes.
El club rojo está conminado a pagar una deuda de 146 mil dólares al entrenador Miguel Ponce y 240 mil dólares al extremo Patricio Rodríguez, teniendo como plazo el lunes 16 de enero, caso contrario estará inhabilitado para habilitar nuevos jugadores.
“Hay que cancelar, es correcto, de manera inmediata, no esperar el lunes”, declaró Víctor Hugo Pérez, el asesor legal del club, a tiempo de indicar que Wilstermann llegó a este embrollo porque faltó defensa jurídica de parte del anterior directorio para tratar de frenar estas demandas.
La afición aviadora que está en contra del actual directorio ve a Soria como la piedra en el camino y pide su renuncia para que el Tribunal de Honor se haga cargo de la entidad. Pese a las amenazas, Soria está firme en el cargo y decidido a continuar.
“En ningún momento pasa por mi mente renunciar, les pido unidad para trabajar por la institución”, mencionó Soria, quien mantiene la postura de que el equipo no perderá seis puntos como indica el Tribunal Superior de Apelación (TSA) de la FBF y esperará la resolución del Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS) sobre las demandas iniciadas por Gilbert Álvarez y el entrenador Mauricio Soria.
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