
El superclásico argentino River Plate-Boca Juniors y el duelo de colosos brasileños Gremio-Flamengo, que componen unas semifinales de ensueño en la Copa Libertadores de 2019, acabarán esta semana con 32 días de inactividad en la competición más importante del fútbol de clubes en Suramérica.
La primera de las dos citas para los partidos de ida de las “semis” es el martes en el estadio Monumental de Buenos Aires, donde se librará un River-Boca que atrapa la atención especialmente porque es la reedición de la final del torneo del año pasado y en el escenario en el que no se pudo jugar por hechos violentos que forzaron la disputa del duelo en Madrid.
La historia, reconocida y aún fresca en la memoria, señala que el equipo Millonario se impuso por 3-1 en 120 minutos de juego y en la cancha del Real Madrid conquistó su cuarta Copa Libertadores.
Sin embargo, el presente de ambos equipos y las sensaciones que causa una revancha de este tipo conforman un cóctel apasionante. De aquella final a hoy, hace ya 10 meses, Boca cambió de entrenador y se reforzó con varios jugadores de recorrido internacional, entre ellos el centrocampista italiano Daniele de Rossi, campeón mundial en 2006 con la selección 'azzurri'.