La festividad de Ch’utillos es un hecho cultural que, bien aprovechado, puede convertirse en un atractivo no solo para los turistas nacionales sino, fundamentalmente, para los del exterior. Esa es una de las conclusiones del coloquio sobre los orígenes y la historia de una manifestación que, según demostraron los expositores, tiene más riqueza y potencial que la que se creía.
Miembros de la Sociedad de Investigación Histórica de Potosí mostraron algunos resultados de sus trabajos, pero fueron suficientes para entender el inmenso valor cultural que tiene Ch’utillos. Advirtieron que, hasta ahora, el componente histórico de la festividad ha estado girando en torno a la leyenda de la cueva del diablo, que incluye a la entronización de San Bartolomé en el lugar, y, debido a ello, no se ha ido más allá. El repetir año tras año esa versión, como si fuera una verdad absoluta, no permite ir más allá y la investigación se estanca, dijeron.
Lo que se demostró en el coloquio es que los orígenes de Ch’utillos son anteriores, incluso por siglos, al relato de Bartolomé Arsánz, que ubica los hechos en 1589. El vicepresidente de la SIHP, Juan José Toro, dijo que se ha contrastado ese relato con la documentación de la época y solo se ha encontrado coincidencias con el informe que el jesuita Pablo Joseph de Arriaga elevó al superior de su orden, Claudio Aquaviva, el 29 de abril de 1599. Hizo notar que Arsánz no fue testigo de los sucesos de ese periodo, pues vivió entre 1674 y 1736, pero Arriaga sí participó en los sucesos, pues llegó a Potosí como parte de su labor de extirpación de cultos, e incluso habría sido él quien motivó la entronización de San Bartolomé.
José Luis Pérez proporcionó datos poco conocidos sobre San Bartolomé, incluso de su infancia, sobre la base de lo que se puede encontrar en los evangelios apócrifos, mientras que Marco Antonio Flores demostró que en el lugar hoy denominado “la cueva del diablo” existió un adoratorio preincaico llamado Mullu Punku. Allí, la cultura qaraqara rendía culto a una deidad que fue la que se tapó con la entronización de San Bartolomé. Shirley Cruz mostró cómo era la festividad de Ch’utillos a mediados del siglo XX mientras que Mario Caro exhibió datos sobre el movimiento económico que produce esta fiesta. Elvis Fuertes dio a conocer las razones por las que se está postulando a Ch’utillos a la lista del patrimonio inmaterial de la Unesco.
Al coloquio asistieron personalidades como el gerente de la Cámara de Industria y Comercio, Roberto Alurralde, y el expresidente del Tribunal Electoral Departamental, Julio Mújica, que fue oficial mayor de la Alcaldía en los tiempos en que Gonzalo Calderón convertía la festividad en la fiesta grande que es hoy. El primero dijo que los datos de la hotelería revelan que llegan pocos turistas mientras que el segundo admitió que se ha hecho poco para promover a Ch’utillos en el exterior. Los investigadores dijeron que uno de los problemas es el estancamiento. Si seguimos insistiendo en dar vueltas alrededor de la leyenda de la cueva del diablo, en lugar de divulgar los demás elementos de la festividad que tienen igual o mayor riqueza cultural, entonces atraeremos poco turismo, advirtieron.
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