Al ser una de las solemnidades más importantes de la Iglesia Católica, Corpus Christi es, también, una de las fiestas más arraigadas en Potosí donde, según refiere Bartolomé Arzáns, se la asumió tempranamente como patrono del lugar.
Según el cronista, los primeros habitantes de Potosí habían expresado ya en 1550 que era necesario contar con un lugar donde realizar las ceremonias del culto católico. “Trataron sus moradores de que se colocase Cristo Nuestro Señor Sacramentado en la iglesia de San Francisco, aunque no estaba en la perfección que desease”, escribió en su “Historia de la Villa Imperial de Potosí”. En efecto, en aquel año, el convento franciscano llevaba tres de haberse fundado así que el templo no estaba concluido. Además, fue en ese año que apareció la imagen del Cristo de la Vera Cruz que, como es de suponer, desvió la atención del asunto de la eucaristía.
La adopción del sacramento como patrono es de cinco años después. Aunque no lo incluye en sus “Anales…”, Arzans ubica este hecho en 1555, en el capítulo I del libro cuarto que tiene este epígrafe: “Aclama la Villa Imperial de Potosí, por sus primeros Patrones a Christo N.S. Sacramentado, a la Sma. Virgen en su purísima Concepción y al Apostol Santiago, con solemnissimas Fiestas que celebraron asi Españoles como Indios”.
En esta versión, Potosí se ponía bajo la protección de esas tres advocaciones:
“Agradecidos, pues, los de esta Villa por el sosiego que gozaban a los principios de este año de 1555, trataron de entablar con toda solemnidad la devoción al Santísimo Sacramento, a la Concepción Purísima de la madre de Dios y del apóstol Santiago, que en espacio de aquellos nueve años desde la admirable invención del rico Cerro se había tenido con tibieza por los continuos desasosiegos de la tiranía; y para que fuese con firmeza y obligación perpetua se dispuso el que con festivas aclamaciones se jurasen por patrones señalados de esta Imperial Villa”.
El Santísimo Sacramento del Altar es la representación de la hostia, o el pan, que, junto al vino, forma parte de las especies de la eucaristía. Es el también denominado cuerpo de Cristo o Corpus Christi.
La procesión que, según Arzáns, se realizó este año, fue la primera muestra de la opulencia que existía en la todavía naciente Potosí, además de que contó con una participación mayoritaria de indios que, en muchos de los casos, vestían con mayor lujo que los propios españoles porque, por entonces, obtenían buenas ganancias fundiendo la plata mediante sus wayrachinas.
Lamentablemente no existe documentación primaria directa de este hecho, debido a que Potosí todavía no funcionaba como ciudad. La conformación del cabildo data de 1561 y recién a partir de entonces comienza a generarse documentación oficial.
La descripción de la posesión, y las fiestas que se sucedieron, ocupan casi todo el referido capítulo de la “Historia…” y es rica en detalles de vestimenta, platería y manifestaciones de júbilo, como danzas y representaciones teatrales:
“Adornáronse todas las calles con espejos, láminas, pinturas de santos y varias colgaduras. Cubrióse el suelo por todo el espacio que había de andar la procesión de ricas mantas de lana y algodón que dieron los indios afectuosamente, y de más de 30 y 40 leguas trajo su devoción en breves días infinidad de varias flores y yerbas olorosas para cubrir aquellas alfombras para que la natural hermosura del campo supliese la falta que hicieron las manos en su obra. Trasladáronse innumerables árboles y ramas frondosas de los valles vecinos y lejanos para los arcos y enramadas con que se cubrieron las calles. Formáronse en diferentes sitios 12 arcos triunfales con grande variedad de adornos que prolijamente cuentan en sus historias Acosta y Pasquier”.
La importancia que tuvo el Corpus Christi se puede ver en múltiples referencias en las actas del Cabildo Secular de Potosí.
La referencia documental directa más remota es la del 16 de mayo de 1587, en un acuerdo capitular en el que se incluye un “mandamiento a los fieles ejecutores para que hagan limpiar y aderezar las calles por las que pasará la procesión de Corpus Christi y que las personas salgan ese día como es costumbre cada año con sus cofradías, cera, danzas y otros regocijos”. Como se puede ver, para entonces ya era normal festejar la solemnidad, aunque aparentemente no se aplicaba sus normas, por presunto desconocimiento.
Prácticamente cada año, los integrantes del cabildo secular tomaban previsiones para la festividad y una de ellas era el nombramiento de diputados que representaban a ese cuerpo colegiado en la organización de la solemnidad.
La festividad fue cambiando con los tiempos. En el siglo XVI aparecen referencias a danzas mientras que en el siguiente hay varias referencias a representaciones teatrales, incluyendo pagos a quienes se encargaban de montar las comedias. En 1635 se decide que haya corridas de toros, en lugar de comedias, “por los disgustos que causan”, lo que hace ver que a las autoridades no les caían bien las bromas de los actores.
En el siglo XVIII ya no se nombra diputados, sino comisionados, pero se sigue asignando recursos públicos para las celebraciones. El monto más común aprobado por el cabildo era de 500 pesos.
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