Escasez de alimentos y crisis hídrica son las amenazas concretas que enfrentan ahora las comunidades afectadas por los incendios forestales, donde además advierten un cambio de uso de suelo de las zonas calcinadas.
“En las comunidades indígenas se perdieron las semillas para poder sembrar nuevamente y, por otro lado, actualmente todavía no son suficientes las lluvias para que pueda naturalmente regenerar la madre naturaleza”, lamenta la presidenta de la Confederación Nacional de Mujeres Indígenas, Wilma Mendoza, en un contacto con CORREO DEL SUR.
Las consecuencias del fuego vienen a agravar la situación en el campo, donde el costo de la canasta familiar se ha encarecido, remarca.
Cree además que quienes tienen dinero “meterán maquinaria” en los sitios quemados para preparar el suelo y sembrar.
Desde Guayaramerín, Lidia Anty, de la Organización Comunal de la Mujer Amazónica, coincide al advertir que los monocultivos se expandirán.
“Como organización de mujeres de la Amazonía no estamos de acuerdo con los agronegocios ni con los monocultivos. Nosotros estamos reforestando más bien las zonas que se quemaron”, resalta.