El canciller chileno, Alberto van Klaveren, reconoce en una entrevista con EFE que su Gobierno, y en especial el presidente Gabriel Boric, tienen mejor aprobación fuera que dentro de Chile y dice que el mandatario progresista lidera un proyecto con “bastante más continuidad de lo que a veces se piensa”.
Para el diplomático de 75 años, y miembro del ala más veterana y moderada del Ejecutivo, Boric encarna un “nuevo progresismo”, “con elementos generacionales”. Pero se apoya “en la gestión de Gobiernos progresistas anteriores”.
“El propio presidente Boric así lo reconoce. Estoy pensando en la relación que tiene con los expresidentes Bachelet y Lagos… Hay bastante más continuidad de lo que a veces se piensa”, indica Van Klaveren, en el cargo desde hace un año.
“Radicalización”
Exembajador y exsubsecretario de Relaciones Exteriores, Van Klaveren lidera la Cancillería en un momento complejo para la geopolítica mundial, pero admite que recibe menos críticas de la oposición y la ciudadanía que otras carteras porque la política exterior chilena se asume como una “cuestión de Estado”.
“Me llama la atención el contraste que hay entre la imagen externa, no solamente del presidente, sino de Chile y de su Gobierno, y la imagen interna”, añade.
En la víspera del Día Internacional de la Libertad de Prensa, que este año la Unesco conmemora en Chile con un gran evento, el canciller afirma que se siente preocupado por las campañas mundiales de desinformación, “impulsadas por sectores muy oscuros, vinculados al crimen organizado e incluso a Gobiernos”. Que, además, afectan a distintos países, sobre todo en procesos electorales.
Para el diplomático, los Gobiernos deben enfrentar esta amenaza con “mayor transparencia”, “más comunicación” y “más pluralismo en los medios”.
Van Klaveren también alerta de un aumento de la “radicalización” en América y Europa, que “no viene de la derecha moderada, que tiene su espacio y gran experiencia en materia de gobierno”. Sino de “la derecha alternativa, que empieza a ejercer presión sobre el resto del espectro político y tiene un impacto en cadena”.
En algunos países de la región, Van Klaveren observa además “cierta tendencia” al autoritarismo, un fenómeno que, desde su punto de vista, es consecuencia de la crisis de delincuencia que cruza el continente y que lleva a los ciudadanos a preferir renunciar a ciertas libertades a cambio de seguridad.
Relación con Venezuela
Boric es uno de los líderes más duros con el presidente venezolano, Nicolás Maduro, y la relación bilateral ha tenido varios impasses.
El último, a raíz del Tren de Aragua, la banda criminal nacida en una cárcel venezolana y cuyos tentáculos se han extendido por todo el continente, y el asesinato en febrero del teniente venezolano Ronald Ojeda, asilado en Chile.
“Es altamente probable que este crimen haya sido organizado fuera de Chile (…) Quisiéramos pensar que no (ha sido orquestado por el Gobierno venezolano), pero obviamente todas las hipótesis están abiertas y será la investigación judicial la que tendrá que aclararlo”, apunta.
Con respecto a las próximas elecciones de julio en Venezuela, Van Klaveren no quiere entrar a valorar las opciones de la oposición. Pero asegura que a Chile le interesa “contribuir a que se desarrolle un proceso electoral abierto y plural, con garantías”.
Sobre la irrupción de la policía ecuatoriana en la embajada de México, otro asunto que ha convulsionado a la región, el canciller es claro en defender el derecho internacional y la inviolabilidad de las misiones diplomáticas. Pero, a su vez, celebra que la disputa haya pasado a los tribunales internacionales.
“Confirma una tendencia en América Latina que nos distingue de otras regiones del mundo y que tiene que ver con el principio de la solución pacífica de las diferencias”, expresa.
“Comprensión por nuestra posición”
Boric también destaca por ser un defensor de la causa palestina y uno de los grandes críticos de la ofensiva de Israel en Gaza, donde ya han muerto más de 34.400 palestinos.
“Tenemos la esperanza de que, tanto Estados Unidos como países del área, como Arabia Saudita, puedan impulsar un acuerdo entre Israel y Hamás que permita detener la muerte de tantos inocentes y lograr una normalización relativa de la zona”, subraya.
Pese a las críticas, Chile no se ha planteado nunca la ruptura de relaciones con Israel, como ha hecho Colombia. Además, Van Klaveren descarta que su apoyo al Estado palestino pueda afectar a sus relaciones con Estados Unidos, el mayor aliado israelí.
“Existe comprensión por nuestra posición. Obviamente puede haber diferencias de apreciación respecto de lo que está sucediendo, pero nuestras relaciones son totalmente normales”, zanja.
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