La filial nicaragüense de la Compañía de Jesús, la orden católica romana a la que pertenece el papa Francisco, fue disuelta ayer en Nicaragua por el Gobierno de Daniel Ortega, que ordenó además expropiar su patrimonio en el país centroamericano.
Es decir, los jesuitas, como son mundialmente conocidos, no podrán seguir funcionando en Nicaragua, y sus bienes muebles e inmuebles, así como sus instituciones educativas, entre los que se incluye la Universidad Centroamericana (UCA), ya incautada, pasarán a manos del Estado nicaragüense, según un acuerdo ministerial.
La Compañía de Jesús, a la que pertenece el papa Francisco, es con más de 16.000 miembros la orden religiosa masculina más grande de la Iglesia católica, como indica su página web.