Dos días después del colapso de un rascacielos en Lagos, la capital económica de Nigeria, en el que fallecieron al menos 22 personas, la esperanza de las familias de encontrar supervivientes se reduce.
Decenas de obreros se encontraban en este edificio en construcción cuando colapsó el lunes en medio de una gran avenida de la ciudad, en el acomodado vecindario de Ikoyi.
"Hemos encontrado dos cuerpos más esta mañana, el balance por tanto es de 22 muertos", declaró este miércoles a la AFP Ibrahim Farinloye, responsable de la Agencia nacional de gestión de las urgencias (Nema).
En total, nueve personas fueron rescatadas con vida de entre las ruinas de este edificio de 21 pisos.
"No abandonaremos las tareas de rescate hasta que no alcancemos el suelo", declaró Farinloye, añadiendo que el martes por la tarde había llegado maquinaria pesada para ayudar a retirar escombros.
Pero dos días después del derrumbe, la esperanza de encontrar supervivientes se reduce y según las familias, que aguardan día y noche en el lugar de la tragedia, las tareas de rescate se detuvieron.
"Esto no es una operación de recate, sino de recuperación" de cadáveres, dijo, disgustado, un familiar de las personas desaparecidas entre los escombros.
El colapso de edificios es una tragedia frecuente en Nigeria, el país más poblado de África, donde millones de personas viven en edificios decrépitos y donde la ley de construcción se pasa a menudo por alto.
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