El Nobel de Química premió ayer el desarrollo de la batería de iones de litio, usada en teléfonos móviles, ordenadores portátiles o vehículos eléctricos, y que dio acceso a una revolución tecnológica.
El alemán John B. Goodenough, el británico Stanley Whittingham y el japonés Akira Yoshino sentaron las bases de una sociedad "inalámbrica y libre de combustibles fósiles", destacó en su fallo la Real Academia de las Ciencias sueca.
Con las baterías de iones de litio "hemos tenido acceso a una revolución tecnológica", aseguró la miembro de la Real Academia de Ciencias Sueca Sara Snogerup Linse, quien durante su exposición habló en inglés y en una versión simplificada de lengua de signos.
El Nobel reconoció un invento que más de media humanidad lleva en el bolsillo o tiene en su casa y que Olof Ramströn, también de la Academia de Ciencias, calificó de "brillante".
"Podemos ver un efecto enorme y sustancial en la sociedad gracias a esta fantástica batería", agregó Ramströn, quien destacó su capacidad de recargarse a partir de fuentes limpias como la solar o la eólica, lo que las hace aptas para la economía sostenible.
Los nuevos nobel realizaron "importantes descubrimientos" por separado, pero todos ellos juntos fueron los que dieron lugar a la actual batería de iones de litio, que "en cierto sentido ha servido para hacer el mundo recargable".