
La comunidad internacional mostró ayer su solidaridad al prometer 344 millones de dólares para paliar la situación provocada por la llegada de más de 600.000 refugiados rohinyás a Bangladés en casi dos meses, el mayor éxodo desde los años noventa y la peor crisis humanitaria por su rapidez y magnitud.
Ayer se celebró en Ginebra una conferencia de donantes con el fin de recaudar fondos para financiar el llamamiento humanitario de 434 millones de dólares solicitados por la ONU para asistir durante los próximos cuatro meses a más de un millón de personas.
"Este dinero será extremadamente útil para poder organizar y estructurar las respuesta a una de las peores crisis de desplazamiento jamás vivida", dijo al concluir la conferencia el alto comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados, Filippo Grandi.
Treinta y cinco Estados miembros de la ONU y varias entidades prometieron desembolsos, y otros países afirmaron que lo harán en los próximos días, para ayudar a los rohinyás que huyeron de Birmania.