
El precio del pan en la zona baja ciudad de Potosí experimentó un incremento abrupto e injustificado, de la noche a la mañana, sin ningún respaldo legal ni hoja de costos avalada por el Gobierno Autónomo Municipal. En plena avenida Murillo, una panadería sorprendió a sus clientes al colgar un cartel que anuncia la venta de cada unidad a 6,25 Bolivianos, cuando el precio oficial establecido bordea los 0,33 centavos.
La osadía no solo está en el precio, sino en la actitud de los vendedores. “Si quiere compra, sino no. Déjelo case”, fue la despectiva respuesta de una panadera a un ciudadano que se atrevió a cuestionar el costo elevado.
Ante la denuncia ciudadana, se intentó contactar a la Intendencia Municipal para exigir un control inmediato; sin embargo, esta institución se limitó a delegar el asunto a Inocuidad Alimentaria, que hasta el momento no ha emitido ninguna acción concreta.
Mientras tanto, en la zona baja de la ciudad, el pan se vende a razón de cuatro unidades por 2,50 bolivianos, demostrando que no existe uniformidad en los precios ni una regulación efectiva. La ausencia de fiscalización está abriendo la puerta a abusos, y el alimento más básico de la canasta familiar se ha transformado en objeto de lucro silencioso.
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