Aunque es una mujer fuerte, doña Soraya Viscarra, la madre de Franz Soraide, se quiebra cuando habla de la situación de su hijo.
Su drama personal comenzó el 10 de noviembre, cuando la noticia de que la caravana había sido atacada a balazos se difundió como pólvora en las redes sociales. “Me dijeron que había muerto —cuenta—. Mucha gente me llamó para darme el pésame y yo no sabía qué estaba pasando con mi hijo”. Para ella, las redes sociales son portadoras de mentiras que le angustiaron en los peores momentos.
Cuenta que ella ya tuvo que llorar la pérdida de uno de sus hijos antes y no le cabía en la cabeza tener que enterrar a otro. Por los bloqueos, ni siquiera pudo viajar a Challapata a verlo, cuando se enteró que estaba herido e internado.
Temió perderlo en las largas noches en las que hacía vigilia, fuera de la sala de terapia intensiva, cuando la bala seguía en el cuerpo de su hijo.