Las barras bravas de Oriente Petrolero tomaron protagonismo en el estadio Ramón Aguilera Costas, paralizando el partido empatado contra Wilstermann (1-1) por el uso desmedido de petardos, que colocaron el riesgo la integridad de sus propios jugadores y de los demás actores dentro del terreno.
La impotencia y los nervios se desbordaron en el lado de los seguidores de los verdolagas antes de que los goles llegan. Oriente Petrolero ingresó a este escenario sin chance para buscar la clasificación a los cuartos de final de la Copa, quedando último en el grupo “A”, y este lunes no cambió el rendimiento futbolístico.
En el primer tiempo, el arquero orientista, Wilson Quiñónez, fue víctima del uso de los fuegos artificiales. En el complemento, después del gol de Jhon Velásquez (46´), de nuevo se lanzaron petardos provocando una paralización, de nuevo, de ocho minutos, aproximadamente.
Al final, con el empate sellado, de nuevo, los hinchas albiverdes lanzaron pirotecnia en medio de los jugadores de Oriente Petrolero y Wilstermann, cerca del árbitro Nelson Barro, que afortunadamente, no impactó en ninguna persona, pero coloca al club cruceño en la mira de una sanción.
El gol de Velásquez llegó a los 46 minutos con un derechazo con la cara interna del botín derecho, una excelente definición que dejó parada a Quiñónez. Luego de la reanudación, los locales anotaron el empate (67´) con un cabezazo de César García en un centro de tiro de esquina.
Fuera de estas jugadas, Erwin Sánchez probó con un zurdazo de fuera del área que Arnaldo Giménez desvió. En el lado contrario, un disparo de Rudy Cardozo fue atajado por Quiñónez. Luego de esto hubo impresiones y falta de juego.
Con este resultado, Wilstermann quedó con 14 puntos, a un paso de asegurar su clasificación a los cuartos de final de la Copa.
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