Real Tomayapo y Wilstermann firmaron una división de honores en un partido que tuvo más expulsados que goles (0-0), la noche de este sábado en el estadio IV Centenario, donde este resultado amargo dejó poco fútbol a los espectadores en la décima segunda fecha del Campeonato.

Este cotejo se cerró sin la apertura de la cuenta, aunque con tres expulsados, dos en el lado de los aviadores y uno en las filas de los locales, en lo que fue lo más destacado ante la ausencia de un buen espectáculo y de fútbol en profundidad.

Estos equipos presentaron el peor escenario de la fecha: sin goles, sin fútbol ni emociones que saquen del sueño en el que cayeron los espectadores en Tarija, donde este punto fue tomado como un premio consuelo para los aviadores por ser los visitantes.

Pese a sumar fuera de Cochabamba, las caras de los aviadores fueron de pocos amigos a la conclusión de este cotejo, porque sufrieron una freno en su avance y porque sus aspiraciones estaban en ganar para seguir alejándose del fondo de la tabla. Con este empate, sacaron la cabeza de la zona de riesgo, aunque dejando dudas por su falta de agresividad y por caer, sin pelear, en el juego de los locales.

El equipo sureño no pudo librarse de las críticas por este bajo rendimiento. El equipo del entrenador Juan Vita guardó su ambición en los vestuarios, volviendo a mostrarse como un rival sin coraje y con un desempeño irregular.

A los 19 minutos llegó la primera tarjeta roja: Agustín Graneros salió expulsado en el lado de los locales. Esta diferencia numérica no fue aprovechada por los aviadores en lo que restaba del primer tiempo.

La segunda expulsión ocurrió a los 57 minutos, viendo Rudy Cardozo esta cartulina. La tercera expulsión sucedió a los 72´, siendo Marcos Suárez, el sancionado. Con nueve hombres, los rojos finalizaron este encuentro. Tampoco hubo actitud, en los locales cuando tenían la balanza a su favor por la diferencia numérica, empeorando el espectáculo.

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