El brasileño Serginho se despidió ayer de los jugadores y la hinchada del club Wilstermann. Dijo que “ya no puedo más” y pidió que “alguien haga algo por el club”, que se encuentra en una crisis por deudas y pedidos de renuncia de la dirigencia.
“Creo que todos esperamos que esto iba a caminar. La cosa no se dio, yo infelizmente no puedo más”, dijo Serginho, ídolo de los hinchas rojos, ayer a los medios de comunicación.
Serginho aseveró que trabajó más de un año sin salario y adelantó que algún momento tendrá que cobrar esa deuda.
Lamentó que la actual crisis del club no le permita cumplir su sueño de retirarse jugando en el equipo rojo.