
Inmutable en su rigor, en su eficacia y en su practicidad, en la lectura de cada momento del partido, y casi inabordable cuando está en ventaja, la nueva era del Atlético de Madrid mantiene su esencia, con la que doblegó con un marcador apretado al Getafe con un testarazo goleador de Álvaro Morata.
El resultado, 1-0. Como tantas y tantas veces en los años anteriores, cuando estaban Godín o Griezmann. También con los trazos similares a tantas y tantas victorias en toda esta época de éxito. Marcó el gol en una de sus contadas ocasiones, en el minuto 23, y luego aguardó a su adversario, con el riesgo que eso supone a veces, con el susto de un tiro al larguero de Ángel Rodríguez, pero con casi todo controlado.
Entre medias, Morata, el goleador, falló un penal para haber acomodado la ventaja y la victoria mucho antes, tras una maravillosa acción de Joao Félix, tan intermitente, incluso desaparecido a veces, casi todo el partido como extraordinario en ese instante.