El catarí Nasser Al-Attiyah, en coches; y el australiano Toby Price, en motos; se consagraron ayer como figuras del Dakar al ganar la carrera por tercera y segunda vez, respectivamente, en una de sus ediciones más atípicas, disputada de principio a fin en Perú con solo diez etapas.
Al-Attiyah, que antes había ganado el Dakar con Volkswagen (2011) y con Mini (2015), lo consiguió esta vez con Toyota, que logra su primer título tras ocho años en la carrera, mientras que Price ya lo había ganado antes en 2016 y su nuevo triunfo es el decimoctavo consecutivo de la marca austríaca KTM.
El piloto árabe demostró que sabe moverse como nadie en las dunas y la arena del desierto, su hábitat natural, en el que bordó un rally redondo, sin ningún error grave ni ningún percance serio, lo que le llevó a liderar la carrera desde la salida hasta la meta, a excepción de la segunda etapa.