Cientos de hinchas de Boca Juniors y River Plate se apoderaron de varias zonas de Madrid en la víspera de la histórica e interminable final de la Copa Libertadores.
No hay otro remedio: el superclásico argentino se escenificará hoy en el Santiago Bernabéu. Sí, en la casa del Real Madrid... a 10.000 kilómetros del sitio que había sido contemplado inicialmente.
La vuelta de la final se trasladó a Madrid tras los desmanes que malograron su disputa en Buenos Aires hace dos semanas. Varios jugadores de Boca resultaron con heridas horas antes del partido cuando hinchas de River agredieron con piedras, botellas y palos el autobús que llevaba a los xeneizes al estadio Monumental. La ida, con Boca de anfitrión en La Bombonera, se saldó con un empate 2-2.
El que los dos grandes de Argentina no hayan podido culminar un cruce inédito por el título continental es visto como una deshonra.