Quiero leer en Apocalipsis, capítulo 1, verso del 1 al 3 donde dice:
“La revelación de Jesucristo, que Dios le dio, para manifestar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto; y la declaró enviándola por medio de su ángel a su siervo Juan, que ha dado testimonio de la palabra de Dios y del testimonio de Jesucristo, y de todas las cosas que ha visto.
Bienaventurado el que lee, y los que oyen las palabras de esta profecía y guardan las cosas en ella escritas; porque el tiempo está cerca”.
Juan el apóstol se encuentra en la Isla de Patmos por causa del testimonio de Dios, por causa de la Palabra de Dios y del testimonio de Jesucristo. Él allí había sido enviado luego de haber tratado de matar a Juan en una olla o paila de aceite hirviendo, y no pudieron; y luego lo echaron a la Isla de Patmos. Y allí era el mejor lugar para estar allí Juan el apóstol porque, conforme a la promesa divina, Juan el apóstol, en adición a la promesa que Cristo había hecho en San Mateo, capítulo 16, verso 27 en adelante, donde dice:
“Porque el Hijo del Hombre vendrá en la gloria de su Padre con sus ángeles, y entonces pagará a cada uno conforme a sus obras.
De cierto os digo que hay algunos de los que están aquí, que no gustarán la muerte, hasta que hayan visto al Hijo del Hombre viniendo en su reino”.
Esa promesa fue cumplida en el Monte de la Transfiguración. Aquellos “algunos” que no verían la muerte hasta ver la Venida del Hijo del Hombre en Su Reino fueron Pedro, Jacobo y Juan, los que estuvieron en el Monte de la Transfiguración y vieron la Venida del Hijo del Hombre en Su Reino, en donde vieron viniendo con Sus Ángeles, o sea, con Moisés y Elías.
Y lo vieron con Su rostro como el sol, o sea, como Él estará en el Día Postrero en Su Venida. Y su rostro como el sol representa a Cristo como Rey de reyes y Señor de señores. “Porque a los que temen mi nombre, nacerá el Sol de justicia, y en sus alas traerá Salvación”.