El texto del Evangelio de este domingo nos cuenta que los Apóstoles volvieron a reunirse con Jesús y le contaron todo lo que habían hecho y enseñado (Mc 6,30-34). Hay que confrontar con Jesús nuestra vida y nuestra doctrina, lio hasta trabajar. El descanso del apóstol es una necesidad. Se fueron en barca...pero la gente se adelantó por tierra. Al desembarcar, Jesús vio una multitud...y se puso a enseñarles con calma (Evangelio).
Hoy no se quiere entender el trabajo sacerdotal. Se pide al sacerdote un trabajo civil para que edifique con su trabajo a los demás, ¿No trabaja el sacerdote? Es cierto que, salvo casos especiales, no tiene un trabajo civil. No está puesto para eso. Tampoco acudes a un abogado ni a un notario a que te reteje el tejado. El oficio del sacerdote es santificarse y ayudar a los demás para que sean santo El sacerdote-sacerdote no tiene derecho a conocer el ocio. Cristo invitó a un sitio tranquilo a descansar un poco. Porque eran tantos los que iban y venían que no tenían tiempo ni para comer...Se fueron donde Cristo había dicho y encontraron otra situación. Eran tantos los que iban y venían que no tenían tiempo ni para comer. Estaban pagando el precio de la popularidad. Cada persona que era curada o que se transformaba interiormente al escuchar los mensajes de Jesús, se iba a contar a otras muchas las maravillas que se conseguía yendo a escucharlo, y de todas partes llegaban sin cesar las multitudes. Ningún jefe político ni religioso ha tenido ni tendrá jamás una popularidad igual a la de Cristo. Jesús nunca buscó el aplauso vacío de las multitudes, pero tampoco rehusó jamás encontrarse con las masas de pueblo para enseñarles y ayudarles. Jesús vio la multitud y le dio lástima porque estaban como ovejas sin pastor y se puso a enseñarles. Permite que le cambien sus planes y sus proyectos. El siempre está "disponible" en favor de los necesitados, especialmente de las personas que no han encontrado pastores que les guien por el camino de la salvación. No hay ser más indefenso que una oveja sin pastor. la cabra es ágil y se sube a las rocas para defenderse, la zorra es astuta y sabe como huir del peligro, la loba tiene afilados colmillos, la osa posee una fuerza descomunal y la leona una gran agilidad de ataque. Pero la oveja ni es ágil, ni tiene defensa físicas, ni se le ocurre como huir del enemigo, y fácilmente cae en un precipicio o en las garra de sus agresores, la única defensa de la oveja es tener a un buen pastor que la sepa guiar y que esté dispuesto a dar su vida por ellas. Nosotros en lo espiritual tenemos todas las debilidades de una pobre oveja. Y ay de nosotros si no tenemos un buen pastor que nos guie y nos defienda. Perecemos sin remedio. Nuestra gran desgracia sería que se pudiera decir de nuestro pueblo lo que el profeta Jeremías afirmaba del pueblo de su tiempo: "los pastores no pastorean al pueblo y lo dejan perecer. Pero Dios a través de Jeremías hace el anuncio: "les daré pastores a mi gusto que los apacienten con saber y acierto" (Jr 3,15). Tenemos a Cristo que se compadece y siente lástima de estos pobres amigos y seguidores suyos, y se dedica a enseñarnos, día a día, si así se lo permitimos. Bendito sea Dios.