El 3 de mayo de 1536 es el del primer grito libertario, por lo menos en Sudamérica, porque es cuando se produjo un alzamiento que duró 36 años.
Ocurrió después de la muerte de Atahallpa fue el indicio más claro de que los españoles se estaban apoderando del Tawantinsuyu y eso produjo un evidente rechazo entre sus habitantes. Para disimular sus intenciones, Francisco Pizarro optó por nombrar como nuevo inca a uno de los muchos hijos de Huayna Capac, Tupaj Huallpa, también llamado Topa Gualpa o Toparpa, quien, curiosamente, murió a poco de haber sido nombrado. La mayoría de las versiones apuntan a que fue asesinado.
Ante esa nueva acefalía, y siempre con la intención de mantener el control, Pizarro nombró como nuevo gobernante a Manqu Inka o Manco Inca Yupanqui quien, de inicio, cooperó con los españoles. Su primera intención era gobernar con su apoyo y, en virtud a ello, desarrolló una política de alianzas. Otro de los hijos de Huayna Cápac, Huascar Túpac Paullu Inca, más conocido como Paullu Inca, estaba en la misma línea y, de esa manera, llegó a colaborar incluso con Gonzalo Pizarro.
El colaboracionismo con los españoles no arrojó los resultados esperados así que Manco cambió de actitud y comenzó a conspirar contra ellos ayudado por algunos de sus hermanos y los orejones; es decir, los nobles cusqueños.
“Mango, hijo de Guaynacapa, a quien Francisco Pizarro dio la borla en Vilcas, se mostró bullicioso y hombre de valor, por lo cual fue metido en la fortaleza del Cuzco en prisiones de hierro. Mas desde allí, y aun antes que le prendiesen, tramó matar los españoles y hacerse rey como su padre fue. Hizo hacer muchas armas de secreto y grandes sementeras para tener el pan abasto en las guerras y cercos que poner esperaba. Concertó con su hermano Paulo, con Villaoma y Filipillo, que matasen a Diego de Almagro con todos los suyos en los Charcas”, refirió López de Gómara en 1552.
Según Tristan Platt y los otros autores de “Qaraqara-Charka”, “Manqu, con el apoyo de Willaq Uma, se había levantado contra los Pizarro, declarándose Inka desde su refugio de los Yungas orientales y tendiendo un cerco alrededor de la ciudad del Cusco”.
El alzamiento de Manco Inca fue planificado no solo para expulsar a los españoles sino con el propósito de lograr la reconstitución del Tawantinsuyu. La mayoría de las versiones al respecto apuntan a que el autor intelectual del levantamiento fue Willaq Uma, Vilahoma o Vila Oma. “Mango inga dejó concertado con Villaoma, su hermano, que en un día señalado matasen a los cristianos que estaban en el Perú, y que el mataría a don Diego (de Almagro) y a los suyos; lo cual no pudo efectuar, y el hermano hizo el levantamiento que adelante se dirá”, escribió Agustín de Zárate.
La rebelión se extendió a los cuatros suyos. Platt y sus coautores afirman que “para sublevar el Qullasuyu, Manqu nombró en Vitcos a uno de sus más fieles hermanos, el orejón Tisuq, ‘grandísimo enemigo de los cristianos’”.
Según el historiador peruano José Antonio del Busto, la rebelión de Manco Inca estalló el 3 de mayo de 1536, cuando sus fuerzas le pusieron cerco al Cusco. Por la fecha, se trata del verdadero primer grito libertario, por lo menos en territorio de Sudamérica.
“El Inca mandó que la gente de guerra se recogiese hacia el Cozco y hacia la Ciudad de los Reyes a combatir los españoles y a destruirlos. Mandó que matasen todos los que estaban derramados por el Reino sacando oro por las minas, que, con la paz y buen servicio que los indios les hacían, se atrevían a andar sin recato, como si estuvieran en sus tierras, de los cuales mataron muchos en diversas partes”, refiere el Inca Garcilaso.
Las fuerzas de Manco Inca tuvieron bajo sitio al Cusco y Lima entre trece a catorce meses y, tras ese tiempo, aquel supo que Diego de Almagro retornaba de Chile así que decidió replegarse. “Después de pasada la porfiada guerra que hubo en el Cuzco entre los indios naturales y los españoles, viéndose desbaratado el rey Mango Inga Yupangue, y que no podía tornar a cobrar la ciudad del Cuzco, determinó de retirarse a las provincias de Viticos, que están en lo más adentro de las regiones, pasada la cordillera de la gran montaña de los Andes, habiéndole primero dado el capitán Rodrigo Orgóñez un gran alcance, en el cual libertó al capitán Ruy Díaz, que había algunos días que el Inga tenía en su poder. Y como tuviese este pensamiento Mango Inga, muchos de los orejones del Cuzco, que eran la nobleza de aquella ciudad, quisieron seguirle”, escribió Pedro Cieza de León.
Manco Inca y los suyos se retiraron a Vitcos y, de allí, tras un largo periplo, finalmente se establecieron en Vilcabamba donde se constituyó un territorio autónomo de la dominación española que la resistió hasta 1572 cuando su último gobernante, Tupac Amaru I, fue derrotado y ajusticiado por órdenes del Virrey Toledo.
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