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Su nombre completo era Eugenia Rodríguez de Arismendi pero hacía mucho tiempo que era conocida simplemente con el apelativo de Doña Eugenia. Sí. Era ella, la de las kalapurkas, las laguas que se hicieron célebres porque son cocidas con piedra volcánica calentada al rojo vivo. Y era porque ya no es más, por lo menos no en el mundo de los vivos. Doña Eugenia dejó este mundo este sábado, luego de una larga enfermedad.
La infausta noticia apareció en el muro de la gestora cultural Amparo Miranda y desde allí se había compartido más de un centenar de veces hasta las 19:30. Quienes escribieron mensajes, lamentaron la partida de una mujer que, en efecto, hizo mucho por la gastronomía regional.
Se hizo tan famosa con la kalapurka que pocos conocen su nombre completa. Ella misma se presentaba solo como "Doña Eugenia", como se puede ver en el video que acompaña a esta nota.
Estudió en el Instituto Profesional El Carmen, un centro de formación que habían fundado y mantenido las Misioneras Cruzadas de la Iglesia y que desapareció hace mucho. Este instituto enseñaba, entre otras cosas, economía del hogar, que englobaba la repostería y gastronomía así que Doña Eugenia completó allí sus conocimientos empíricos.
De inicio, ella y su esposo abrieron un negocio de venta de chicharrones en la calle Bustillos. La venta se hacía en la puerta de una vivienda pero luego, cuando adquirieron la que está junto al cementerio, a ella se le ocurrió ofrecer kalapurka (cuya escritura más aproximada es qalapurqa), una lagua que es propia de la provincia Linares, en donde ella tenía sus raíces.
Así, la lagua que antes se limitaba a ciertas regiones del Departamento de Potosí adquirió carta de ciudadanía y llegó a convertirse en nuestro plato bandera.
Doña Eugenia no creo el plato, que tiene orígenes remotos, sino que lo introdujo a la Villa Imperial. Hasta antes de eso, la comida era conocida en el area rural, pero no habia llegado a las mesas capitalinas. Hoy, en cambio, existen hasta unos diez locales de venta de esa lagua alrededor del cementerio y el plato también puede encontrarse en el interior del país.
Sus restos son velados en el salon de funerales Señor de la Vera Cruz, en calle Millares, y el sepelio será el lunes. El cortejo fúnebre partirá de dicho salon a las 10:00 de ese día.
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