Este martes es una fecha importante en el calendario histórico cultural de Potosí por cuanto se conmemora el fallecimiento de don Armando Alba Zambrana.
El 20 de octubre de 1974, aquejado de un derrame cerebral, Alba fallecía en su casa familiar de calle Lanza N° 23.
Había nacido en 1901, alumno aventajado del sesquicentenario Colegio Nacional Pichincha, fue un inquieto defensor de la cultura boliviana, sobre todo del patrimonio cultural potosino.
Tuvo como su gran proyecto de vida la recuperación y puesta en valor del edificio de la segunda Casa de Moneda que, para 1925, cuando empezó a gestionar su recuperación, se encontraba en muy mal estado de conservación. Se puso en campaña y logró la transferencia del edificio a favor de la Sociedad Geográfica y de Historia Potosí, institución de la que fue presidente durante muchas décadas. Seguidamente dirigió los trabajos de restauración del monumental inmueble en paralelo a la formación del museo de arte, numismática y la conformación de un Archivo Histórico, para lo cual emprendió una campaña de recuperación de bienes patrimoniales, entre los cuales podemos mencionar la célebre pintura de “La Virgen del Cerro”, la colección de lienzos de Melchor Pérez de Holguín, la recuperación y preservación de los “Molinos de laminación”, y la riquísima colección de cuños y troqueles de esta fabulosa fábrica.
En total estuvo vinculado a Casa Nacional de Moneda desde 1931 hasta su fallecimiento en 1974. Fue director del museo, cargo que ocupó por 32 años, y principal gestor cultural mientras ocupaba cargos diferentes como ministro de estado, embajador o prefecto de Potosí.
Adicionalmente creó el Archivo Histórico Potosí y fundó la Editorial Potosí, como dos instituciones culturales dependientes de Casa Nacional de Moneda. Sus méritos de gestor patrimonial, y su preocupación por recuperar el patrimonio material e inmaterial potosino y boliviano fueron premiados con la otorgación del “Premio Nacional de Culturas” en su primera versión de 1969. Fue literato destacado, fundador de Gesta Bárbara, y descolló como fino y elocuente orador.
Su legado es actualmente admirado y conservado adecuadamente por la Fundación Cultural del Banco Central de Bolivia, y sus obras han sido fundamentales para la investigación histórica y social de Bolivia. Actualmente se proyecta restaurar su domicilio para convertirlo en Casa Museo Armando Alba, donde se podrá acceder a su archivo y biblioteca personal. Este proyecto es el mínimo gesto de gratitud con que podemos evocar su titánica obra.
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