“Ni odio, ni pena, ni perdón: Justicia”. Así, la expresidenta Jeanine Áñez ha reaccionado a la decisión de un tribunal de La Paz que anuló el proceso ordinario por el caso EBA y lo derivó a la Fiscalía para su trámite como juicio de responsabilidades.
En ese contexto, ha identificado a los presuntos impulsores de los casos que enfrenta en la vía ordinaria y no en un juicio de responsabilidades como sucede en el caso de los expresidentes.
Uno de ellos, según la exgobernante, es Evo Morales, quien está atrincherado en el trópico de Cochabamba para evitar su aprehensión por un caso de trata de personas en el que estaba involucrada una menor de edad con quien supuestamente procreó una hija cuando era presidente.
En el texto se establece que “la Constitución boliviana la usaron y la abusaron para castigar a la oposición, para retener a Jeanine Áñez como un trofeo político con el cual ensañarse y que el pueblo boliviano olvide que cometieron fraude, que renunciaron y se fugaron, que abandonaron el país en medio de un caos de violencia promovido por el jefe de los cocaleros del Chapare”.
“Me juzgaron, me torturaron, me condenaron al antojo y orden confesa del prófugo del Chapare, por la vía ordinaria”, señaló la exmandataria del Gobierno de transición.