El sector de hidrocarburos en Bolivia pasa por la peor crisis de los últimos 24 años, según afirmó este miércoles, en Sucre, el analista de la Fundación Jubileo Raúl Velásquez durante una conferencia de prensa sobre los desafíos del sector.
“Lo que hoy estamos viendo es el resultado de las decisiones de política pública que se han tomado en el país en los últimos 20 años”, remarcó el experto.
Recordó que durante este tiempo hubo un referéndum sobre política energética, una Ley de Hidrocarburos, un decreto supremo de nacionalización y la nueva Constitución Política del Estado, pero “los resultados que tenemos es que no ha habido suficiente exploración”.
Bolivia actualmente importa más gasolina y diésel que el gas que exporta. Antes del año 2020 era todo lo contrario.
Según datos del Gobierno, el país importa el 85% de diésel y el 58% de la gasolina que consume, es decir, cada vez se depende más de la producción externa.
Además, mientras las exportaciones de gas natural a la Argentina y Brasil bajan, el consumo interno del energético sube pero a un precio subvencionado.
Por ejemplo, el mercado interno paga $us 1,30 el millón de BTU de gas natural como regalías a los departamentos productores, mientras que Brasil, por el mismo volumen, le cancela al país $us 6,5.
“Entonces vender gas al mercado interno no resulta rentable ni atractivo para la inversión”, sostuvo.
El Gobierno programó este año un presupuesto de $us 1.509 millones para la subvención a los hidrocarburos, lo que representa el 5% del Producto Interno Bruto (PIB).
DESAFÍOS
En ese marco, la Fundación Jubileo plantea cuatro medidas de corto plazo: refocalizar la subvención al diésel y gasolina especial; libre importación de combustibles; equilibrio de la matriz eléctrica; y políticas integrales de electromovilidad.