El exilio del opositor venezolano Edmundo González Urrutia generó preocupación en varios Gobiernos latinoamericanos y de Europa, así como en organismos internacionales como la ONU y la OEA, que consideran que la medida socava aún más cualquier posibilidad de diálogo en Venezuela.
González Urrutia llegó a Madrid el domingo, tras pedir asilo al considerar que en Venezuela sufría persecución política y judicial después de las presidenciales del 28 de julio, cuya victoria oficial fue otorgada por el Consejo Nacional Electoral (CNE) a Nicolás Maduro, un resultado validado, posteriormente, por el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ).
El Gobierno de Colombia lamentó este lunes “la salida de Venezuela de Edmundo González” y reafirmó que “el proceso político en el hermano país y en cualquier país de las Américas debe estar rodeado de plenas garantías”.
El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, señaló que la salida de González Urrutia es consecuencia de las medidas “antidemocráticas” de Maduro.
Chile lamentó “el exilio forzado” del opositor, rechazó “cualquier forma de represión en contra de los opositores del régimen dictatorial en Venezuela” y reiteró “el llamado a que se respeten los derechos humanos, las libertades fundamentales y la integridad física de todos los venezolanos y venezolanas”.
“Es una muy mala noticia. Confirma que estamos ante una dictadura que ahora consolida el fraude. El candidato más votado se tiene que asilar o exiliar y esto claramente indica que estamos ante un régimen que no está dispuesto a dar un paso al costado”, afirmó por su parte el canciller uruguayo, Omar Paganini.
Paraguay reiteró su “compromiso con el pueblo de Venezuela”, reclamó “el respeto irrestricto a los derechos humanos, a las libertades fundamentales de los venezolanos” y la “restauración inmediata del Estado de derecho en ese país”.
La ONU advirtió que la salida de González Urrutia “claramente no es el fin de la crisis” poselectoral y señaló que sigue estando “muy preocupada por la situación en Venezuela”.