El papa Francisco se reunió ayer, sábado, con desplazados internos de Sudán del Sur, tras haber exhortado a los dirigentes a dar “un nuevo impulso” a las gestiones de paz en el país africano desgarrado por las luchas de poder.
Acompañado por los jefes de las Iglesias de Inglaterra y Escocia, representantes de las otras dos confesiones cristianas del Estado más joven del mundo, el pontífice, de 86 años, subrayó en un discurso ante las autoridades en Juba, la capital, que el camino “tortuoso” de la paz ya no podía ser postergado.
Este país de 12 millones de habitantes, mayoritariamente católico y que tras décadas de conflicto se independizó en 2011 de Sudán -de mayoría musulmana-, sufrió de 2013 a 2018 una guerra civil entre seguidores de los líderes Salva Kiir y Riek Machar, que dejó 380 mil muertos.