TEHERÁN. Las autoridades iraníes trataron ayer de justificar el aumento del precio de la gasolina y de desprestigiar a los participantes en las protestas, que dejaron varios muertos, un millar de detenidos y una amplia destrucción, y advirtieron de que no permitirán que el caos se adueñe del país. El presidente de Irán, Hasan Rohaní, dijo que protestar es un derecho, pero que esto es "diferente de la anarquía".