
El gobernador de California (EE.UU.), Gavin Newsom, declaró ayer el estado de emergencia para los condados de Sonoma y Los Ángeles como parte de la lucha contra los incendios que quemaron extensas áreas y mantienen a miles de personas evacuadas en el estado.
Los esfuerzos de las autoridades se dan de punta a punta de California.
En el norte los recursos se enfocan en tratar de controlar el incendio Kincade, que ya ha quemado 21.900 acres (8.862 hectáreas) en Sonoma, una zona vinícola que se vio afectada en el 2017 por otra conflagración que mató a 30 personas.
El incendio desatado en la madrugada del jueves apenas ha sido controlado en un 5% y ha quemado más de 50 estructuras.
Todos los residentes de Geyserville se vieron obligados a evacuar a medida que el fuego avanzaba hacia ellos empujado por ráfagas de viento de más de 70 millas por hora (112 kilómetros por hora)