
Marcelo Gallardo, técnico del último campeón River Plate, afirmó ayer que tanto su equipo y el Flamengo de Brasil jugarán una "final merecida" de la Copa Libertadores.
Al mismo tiempo, abogó para que Chile "pueda volver a la normalidad" en medio de un estallido social que ha dejado casi una veintena de muertos y puesto en riesgo la disputa de la final única por el título continental el 23 de noviembre en Santiago.
"Vamos a enfrentar a un equipo muy fuerte, que juega muy bien", dijo Gallardo en una conferencia de prensa después de alcanzar la final tras eliminar a su clásico rival Boca Juniors. "Fue de menor a mayor y hoy está en su pico máximo de rendimiento".
El Mengão, que no juega una final de Libertadores desde 1981, aplastó con un global 6-1 al Gremio la serie brasileña de la otra semifinal.