
La ayuda para casi 400.000 refugiados rohinyás llegados en las últimas tres semanas a Bangladesh apenas cae con cuentagotas en los campos más necesitados, mientras la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) alerta de que hay que prepararse para el "peor escenario".
La oficina de la ONU en Bangladesh elevó ayer a 389.000 los miembros de esta minoría musulmana que han salido huyendo de Birmania (Myanmar) desde el pasado 25 de agosto, lo que supone 10.000 más que los registrados el miércoles 13.
Los refugiados que se alojan en asentamientos "espontáneos" o de nueva creación siguen aumentando y se sitúan ya en 214.000, mientras que unos 154.000 se encuentran en campamentos improvisados preexistentes, informó el Grupo de Coordinación Intersectorial en su último informe. "Los recién llegados continúan circulando desde puntos de tránsito, aldeas de comunidades de acogida y el área metropolitana de Teknaf (principal punto de cruce por río) hacia asentamientos provisionales existentes y ubicaciones espontáneas", explicó el grupo.