
Con el corazón roto y la voz ahogada en llanto, doña Ana Ortiz, viuda del joven minero muerto en la zona Mainers, rechazó categóricamente los 5.000 dólares que, según denunció, le ofrecieron para "negociar" la libertad de uno de los implicados.
“Me han dicho ‘te voy a pagar 5.000 dólares para que salga el Hermógenes’. Yo no voy a agarrar esa plata, no. Tiene que podrirse en la cárcel”, sentenció la mujer, mientras cargaba a un bebé en la espalda. Su esposo era quien mantenía a su familia con su trabajo en las entrañas del Cerro Rico.
Entre lágrimas, Ana Ortiz pidió a la Justicia no permitir la liberación de Hermógenes I., recluido preventivamente en la cárcel de Cantumarca.
“Pido justicia. No quiero que salga ese hombre”, suplicó, mientras relataba que sus dos pequeños hijos lloran cada noche por la ausencia de su padre.