“¿Necesita una ambulancia, un tractor? Pida lo que quiera, Nosotros se lo traemos”. La Zona Franca Industrial de Iquique (Zofri) está atiborrada de negocios de venta de vehículos. Hay de todo para todos, desde autos usados, que se puede adquirir a bajo precio, hasta el 2023 bZ4X que todavía se exhibe en el Chicago Auto Show, en Estados Unidos. Y es que Iquique se ha especializado en el negocio automotor, aunque eso ha dado lugar, también, al surgimiento de negocios ilícitos en los que muchos de nuestros políticos se han visto involucrados, tal vez hasta involuntariamente.
El concepto central es la evasión de impuestos. La mayoría de los países sudamericanos han fijado tributos altos para los vehículos de importación, debido a que se los considera bienes suntuarios, y Bolivia, considerado el mayor infierno tributario, es el que cobra los más altos impuestos. El gerente general de la Cámara Automotor Boliviana (CAB), Luis Orlando Encinas Valenzuela, dice que los impuestos pueden llegar a representar hasta el 46 por ciento del valor original del vehículo, así que prácticamente duplica su costo.
Si los impuestos son el factor indeseado que eleva el precio de un automóvil, evadirlos causa el efecto contrario; es decir, los abarata. Eso da lugar a procedimientos que no utilizan las grandes importadoras, como Toyosa, sino los vendedores considerados menores, los importadores que existen por miles en Iquique.
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