
El cabildo abierto del sudoeste, efectuado ayer en la ciudad intermedia de Uyuni, con la participación de autoridades municipales y originarias, representantes de organizaciones sociales y otras, resolvió exigir que la sede de Yacimientos del Litio Bolivianos (YLB) debe ser instalada en esa subregión del Departamento de Potosí, en el marco de lo que establece la Constitución
El presidente del Comité Cívico de Uyuni, Luis Machaca afirmó que “se solicitará a la presidenta Jeanine Áñez y al ministro de Energías, Alvaro Guzmán que las oficinas de YLB deben estar ubicadas en la región productora del sudoeste potosino”. “No quisiéramos que haya problemas en este tema, porque sólo perjudicaría al Departamento de Potosí”, afirmó Machaca.
Por otra parte, informó vía teléfono desde Uyuni que respecto de la designación del especialista en litio, el potosino Juan Carlos Zuleta Calderón como gerente de YLB, el cabildo abierto determinó expresar su desacuerdo con este nombramiento.
Sin embargo, el dirigente cívico puntualizó la posibilidad que “para conocer propuestas, es necesario sentarnos a fin de consensuar no solo con el gerente de YLB sino con el propio ministro de Energía”.
Cuando fue interrogado si la provincia Daniel Campos debería ser la más beneficiada porque en su jurisdicción se encuentra todo el Salar de Uyuni, Machaca indicó que “estos recursos son de todos los bolivianos, por supuesto; por eso, así como del petróleo, los recursos llegan a todos los bolivianos, a la región productora que somos las cinco provincias debe llegar una mayor participación, como también a todo el Departamento de Potosí y al país”.
“Este es un tema nacional que muchas dirigentes no lo entienden de esa manera”, añadió.
GERENTE DE YLB
El gerente de YLB, Juan Carlos Zuleta Calderón, informó que el jueves 9, cuando llegó al aeropuerto de Uyuni en horas de la mañana, se encontró con un grupo de apróximadamente 30 personas con pancartas alusivas negativamente a su autoridad, gente visiblemente soliviantada y enardecida que pretendió impedir su acceso a la ciudad intermedia de Uyuni.
“Ante esta situación, el personal de seguridad, del aeropuerto me aconsejo que me pusiera a buen recaudo, trasladándome a otro lugar en cercanías del aeropuerto para esperar que las cosas se calmaran y, después de una hora aproximadamente, proseguí mi camino al Salar y específicamente a la planta de Llipi, donde no encontré ninguna dificultad en absoluto y, por el contrario, sostuve reuniones con el personal con el propósito de cumplir toda mi agenda de trabajo programada para esa fecha y retornar al día siguiente a La Paz sin ningún problema”, aclaró Zuleta.