Estados Unidos, anfitrión de esta Copa América, vive un terremoto tras la eliminación en la fase de grupos y, a dos años de organizar el Mundial, se encuentra con un proyecto deportivo en tierra de nadie y con el futuro del seleccionador Gregg Berhalter en el aire.
La derrota del lunes contra Uruguay en Arrowhead en Kansas City certificó el fracaso de Estados Unidos en un grupo que parecía accesible, ya que, al margen de la selección charrúa, competía con Panamá y Bolivia.
“Go big or go home”, se llegó a decir por la televisión estadounidense, en la que hasta se llegaron a pedir los nombres de Jurgen Klopp o Pep Guardiola para tomar las riendas del equipo.