El español Rafael Nadal dijo adiós de entrada en Roland Garros, pero sin confesar si, a punto de cumplir los 38 años, fue una despedida para siempre del torneo que ganó 14 veces, el cimiento de su leyenda.
“No he tenido malas sensaciones. Me he demostrado que estoy listo para más de lo que he hecho, que ha sido caer en primera ronda”, aseguró el español,
La central de París se llenó por vez primera para un duelo de primera semana, el que medía a Nadal contra el alemán Alexander Zverev, convencidos los aficionados de que allí pasaría algo histórico: o el fin de su leyenda o un nuevo milagro.
Al final no fue ni lo uno ni lo otro. La recuperación del español fue insuficiente para rivalizar contra el número 4 del ranking, que llegaba con el título de Roma recién logrado y que hizo un partido sólido que impidió a Nadal renacer una vez más: acabó perdiendo por 6-3, 7-6 (5) y 6-3.