
El sábado 26 de agosto Libertad Gran Mamoré le ganaba 2-1 a Palmaflor en uno de los partidos de la fecha 25 del torneo “todos contra todos” y nadie se imaginaba que iba a ser el último partido del fútbol profesional. Ha pasado un mes de ese encuentro y el balón ya no volvió a rodar en el país.
La preparación de la Selección Nacional para las Eliminatorias Sudamericanas obligó a los clubes a entrar en un receso ese mismo 26 de agosto; empero, el fútbol no volvió más.
El martes 29 de agosto, de manera inesperada, el presidente de la Federación Boliviana de Fútbol (FBF), Fernando Costa, denunció públicamente una red de corrupción que estaría operando en el fútbol boliviano y en la que estarían involucrados jugadores, dirigentes y árbitros.
Ese día, Costa anunció la celebración de un Consejo Superior en el que propondría la paralización de los campeonatos de la División Profesional.
Dicho y hecho, nueve días después 14 de los 17 clubes profesionales votaron por anular los torneos jugados (Liga y Copa) y disputar un campeonato “exprés”. The Strongest y Wilstermann fueron los únicos que se opusieron, mientras que Real Santa Cruz se abstuvo de opinar.