Vestida de negro por primera vez en su historia, la selección brasileña goleó ayer, sábado, a la de Guinea por 4-1 en un amistoso jugado en España en el que el protagonista fue la lucha antirracista en apoyo al madridista Vinícius Júnior, que marcó de penal.
Joelinton, Rodrygo Goes y Éder Militao certificaron una victoria de la Canarinha cargada de gestos contra el racismo en el fútbol, en la que Vinicius cerró la goleada desde el punto de penal en el RCDE Stadium de Cornellà-El Prat.
Serhou Guirassy marcó de cabeza para Guinea en este partido que superó las fronteras del fútbol. Brasil se lo tomó como un acto de protesta tras los insultos racistas que ha venido recibiendo Vinícius en varios estadios españoles a lo largo de la temporada.
El triste episodio de Mestalla generó un revuelo internacional a partir del cual la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF) puso en marcha la campaña “con racismo no hay partido”.