Conducir "es una manera de hacer abstracción de todo el resto". Pilotar como Dania Akeel, una de las dos sauditas que participan en el Rally Dakar-2023 es también, según ella, dar poder a las mujeres en este reino ultraconservador.
"Lo más importante es concentrarse en el pilotaje, lograr un buen rendimiento. En un medio dominado por los hombres, ser competitiva es un mensaje en sí mismo dirigido a las mujeres", asegura esta treinteañera, originaria de un país en el que hasta 2018 las mujeres no tenían derecho a conducir.
"El rendimiento habla por una misma", quiere creer la piloto, una de las escasas mujeres que compiten en el celebra rally-raid, cuya 45ª edición comenzó el pasado sábado en Arabia Saudita.
De los 790 participantes en la prueba, solo 31 son mujeres, es decir, menos del 5%.
Dania Akeel terminó en la 8ª plaza en la categoría de 'prototipos ligeros' el año pasado en su primera participación en la prueba, que además era su primera temporada como profesional.
Su ambición: "Conducir aún mejor" junto a su copiloto uruguayo Sergio Lafuente.
La saudita tuvo sus primeras sensaciones de conducir en el desierto junto a sus primos y unos 'buggys' durante los fines de semana. "Conducir sigue siendo un sentimiento realmente relajante. Al volante, todas mis capacidades están en la conducción, eso calma mucho", asegura.
- 'Sentimiento formidable' -
Dania Akeel se sacó el permiso de conducir con 17 años en Inglaterra, donde fue para estudiar, y a los 20 años obtuvo el carnet de moto al mismo tiempo que continuaba con sus estudios de comercio internacional.
"Yo conducía cuando estaba en Europa, en Inglaterra o no importa dónde, pero no tenía problemas con no poder manejar aquí. Cuando se autorizó a que pudiésemos conducir fue un sentimiento formidable y por supuesto tuvo un impacto", recuerda.
En 2020, dos años después de la supresión de la prohibición, más de 174.000 permisos se habían distribuido ya entre las mujeres de este reino de 34,8 millones de habitantes, según la prensa local.
El derecho de las mujeres a conducir se inscribe dentro de la política de apertura iniciada por Riad.
En octubre de 2018, el país acogió un partido amistoso de fútbol entre Argentina y Brasil y posteriormente la primera carrera de la Fórmula E en diciembre, así como la Supercopa de Italia en enero de 2019.
El poder saudita aprovecha estos eventos para mostrar que se abre al mundo: 15.000 mujeres asistieron al partido entre la Juventus y el Milan, aunque fueron confinadas en un sector del estadio.
Según Human Rights Watch (HRW), pese a la "imagen progresista transmitida" por estos eventos, se mantiene una falta de oportunidades para las mujeres sauditas para practicar deporte en el reino.
- 'Máquina de relaciones públicas' -
"Si las deportistas participan y son parte de la máquina de relaciones públicas del gobierno saudita, esto no sirve para nada, más bien lo contrario, simplemente alimentan la propaganda del régimen y son parte del disimulo" de lo que ocurre entre bastidores: "Una sociedad civil saudita que ha sido amordazada y reducida al silencio", opina en una entrevista telefónica Lina Al-Hathlul, cuya hermana Lujain, conocida activista, fue condenada a cinco años de prisión tras tomar parte en una campaña contra la prohibición de conducir a las mujeres.
En libertad condicional desde febrero de 2021, "ella es vigilada, tiene prohibido viajar oficialmente hasta 2026, pero también su familia, lo que significa que es una detención encubierta".
Cuando Amaury Sport Organisation (ASO), la organizadora del Dakar, anunció la deslocalización del rally a Arabia Saudita tras once años en Sudamérica, las criticas arreciaron, ya que coincidió que unos meses antes el periodista saudita Jamal Khashoggi, un allegado al poder saudita convertido después en crítico, fue asesinado en la embajada del reino en Turquía.
Desde entonces, "la presión se ha atenuado, la gente suele ser menos crítica por su propio interés, pero las violaciones aumentan", asegura Lina Al-Hathlul.
La presión no es menor para las deportistas, pero "eso forma parte del juego", según Dania Akeel: "Participar en una carrera como el Dakar, con público y mucha publicidad alrededor, eso genera muchas expectativas en algunos y pocas en otros, aunque esto no debería impactar en la manera en la que conduces. Conducir es algo entre tú y tú".
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