
La pasión y el fervor futbolero desbordó la despedida popular de Diego Armando Maradona, homenajeado con honores y cánticos de hinchada en un velatorio en la sede gubernamental tras su fallecimiento el miércoles a los 60 años.
Luego de una noche de vigilia en la emblemática Plaza de Mayo, miles de personas iniciaron a las 06H00 locales (09H00 GMT) un lento paso frente al féretro cubierto con la bandera de Argentina y la casaca del ’10’ de la selección y de su querido Boca Juniors, en la Casa Rosada.
En la interminable fila que serpentea la histórica plaza el clima es parecido a la previa de un clásico, con cánticos de hinchada, banderas y aplausos espontáneos.
“¡Olé, olé, Diego, Diego!” gritan y saltan algunos, como si aguardaran ingresar a un estadio.
Pero al atravesar el pórtico de ingreso dominan la congoja y el llanto.
Duelo Nacional
A medida que pasan, algunos lloran, la mayoría se persigna y otros acrecientan una pila de flores y casacas de fútbol de todos los colores alrededor del féretro sin distinción de parcialidades.
Un enorme lazo negro atraviesa la entrada de la Casa Rosada que luce la bandera a media asta en señal del duelo nacional por tres días decretado por el gobierno tras el fallecimiento.
Antes de ingresar cada uno pasa un minucioso control policial y dentro se les prohíbe usar el teléfono móvil para impedir fotografías.
“Se fue el futbolista más grande de la historia, estoy muy triste, pero ahora es infinito, estará para siempre”, dijo a la AFP José Rojo, un electricista de 25 años al salir de la Casa Rosada.
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